Introducción
A lo largo del siglo XX, España ha pasado de ser un país de expulsión de población a uno de recepción de migrantes. Como señalan algunos autores -que pueden ser considerados clásicos en el estudio de las migraciones-, España pasa de forma inesperada a convertirse en un país de inmigración (Izquierdo, 1996). El mismo autor indica que "a comienzos de la década de los noventa los nacionales de la UE-15 dejan de ser mayoritarios entre los residentes extranjeros en España y aumentan espectacularmente los trabajadores extracomunitarios" (Izquierdo, 1996, p.134). Por otra parte, Blanco (2002) señala cómo la creciente afluencia y asentamiento de inmigrantes extranjeros en España ha generado la sensación de asistir a un fenómeno novedoso, importante y problemático por añadidura. De constituir un fenómeno social en la década de 1980, ha pasado a convertirse en un problema social en un corto período, y apenas se ha tenido tiempo suficiente para asimilar el propio fenómeno y preparar al país para una convivencia distinta a la conocida por los españoles (Blanco, 2002).
De acuerdo con datos del Colectivo Ioé (2013), España vivió un ciclo de expansión económica de 1994 a 2007, reflejado en el incremento del PIB en 70 por ciento, así como un aumento de 67 por ciento en la población ocupada. Ello generó una importante demanda de mano de obra para distintas actividades y en distintos sectores económicos, que produjo un incremento destacado de la inmigración exterior, pasando de 2.5 millones de personas en enero de 2001 a 6.5 millones en 2008 (Colectivo Ioé, 2013). De 1998 a 2012, el porcentaje de extranjeros aumentó de 1.5 a 11.2 por ciento del total de su población (Avallone, 2014), convirtiendo a España en el país de Europa del Sur que tuvo el mayor incremento en el porcentaje de extranjeros. Estos trabajadores extranjeros se han instalado tanto en áreas urbanas como rurales; el establecimiento de los extranjeros en áreas rurales está relacionado con la ocupación en el sector primario y hay un fuerte vínculo entre la agricultura y el primer trabajo de los inmigrantes en sus inicios en el país de inmigración (Avallone, 2014). La mano de obra extranjera oficial en la agricultura pasó de 3.7 por ciento en 1999, a 27.6 en 2009 (Avallone, 2014).
Esta senda de crecimiento se ha visto truncada con la crisis y recesión económica, produciéndose desde 2008 hasta la actualidad un descenso paulatino de la inmigración extranjera. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2015a), la población extranjera en España se redujo 539 118 personas ese mismo año con respecto a 2008, pasando de 5 268 762 a 4 729 644, un decremento de 10.2 por ciento.
El objetivo de este artículo es analizar la evolución reciente de la inmigración rumana y búlgara, así como su distribución en la zona vitivinícola de Ribera de Duero. El interés por el estudio de dicho contingente de inmigrantes es debido a que representan -sobre todo el primero de ellos- uno de los grupos migratorios con mayor presencia en España y en la zona de referencia, como se analizará posteriormente. Dicho interés se fundamenta especialmente en la significativa presencia de estos colectivos en las actividades vitícolas de Ribera del Duero, zona que ha tenido en las últimas décadas un importante auge económico debido al prestigio que han ido adquiriendo sus vinos gracias a los cambios que se inician en la década de 1980 y han revitalizado económicamente a la región, y sobre los cuales no se cuenta con ninguna investigación. Los trabajadores rumanos y búlgaros son los actores principales en las actividades que se realizan en el campo para las vides, dichas actividades han sufrido cambios importantes no sólo en las tareas y formas de trabajo, sino también en los trabajadores que se han encargado de las mismas; de una mano de obra familiar y local, a una mano de obra migrante.
La metodología empleada en la investigación está fundamentada en la complementariedad e integración metodológica con la utilización de datos cuantitativos y cualitativos. Se han investigado diferentes fuentes de datos y de estadísticas, tales como el Instituto Nacional de Estadística (Padrón Continuo de Habitantes1 y Estadística de las Migraciones), Estadísticas Demográficas de la Junta de Castilla y León, y el III Plan Estratégico de Inmigración de Castilla y León 2014-2017 para la información cuantitativa. Esta información se profundiza y enriquece con datos cualitativos obtenidos a través de entrevistas semi-estructuradas y aproximación etnográfica realizada en momentos temporales diferentes de 2013 a 2015 en la comarca de Ribera del Duero. El objetivo de las entrevistas fue conocer los cambios a partir del auge de la industria vitivinícola y, entre otros cambios, el de los trabajadores que actualmente realizan las actividades en los campos de las vides. Se realizaron 89 entrevistas con diferentes actores en la zona.
Se analizará la información existente sobre dichos contingentes migratorios en España y en la Comunidad Autónoma de Castilla y León (CACyL), para entender su presencia en la zona en donde se asienta la denominación de origen Ribera del Duero. Los períodos temporales contemplados en la evolución de la población extranjera, tanto en Castilla y León como en Ribera de Duero, responden a dos indicadores básicos, uno de ellos referido a la importancia que en los flujos migratorios tuvieron las diferentes regularizaciones2 producidas en 20003 y el otro relacionado con el inicio de la crisis económica de 2008, la consolidación de la misma en 2012 y, por último, la actualidad, considerada por parte de algunos estadistas como un momento de recuperación económica.4
En el texto se aportan tanto datos censales sobre la migración en esa zona, como testimonios producto del trabajo etnográfico con los migrantes protagonistas que ilustran la llegada y presencia de estos contingentes, así como su importancia para la actividad vitivinícola. Este artículo busca contribuir a la construcción del conocimiento sobre uno de los contingentes de inmigrantes más importantes que participan en dichas actividades.
Sobre la migración rumana y búlgara en España
Los primeros estudios que abordan temas relativos a las migraciones rumana y búlgara en España se realizan en la primera década del siglo XXI, y son algo más tardíos que los efectuados sobre otro tipo de contingentes migratorios, como los latinoamericanos y magrebíes, mismos que se remontan a la década de 1990.5 Lo anterior se explica por la dinámica migratoria de dichos grupos; los rumanos y búlgaros llegaron posteriormente a España. A partir de la segunda mitad de 2000,6 las personas procedentes de estos países alcanzan una gran relevancia llegando los rumanos a convertirse en el contingente de población inmigrante más numeroso de España: "es la primera nacionalidad extranjera establecida en España, con un contingente para 2009 de 760 000 individuos" (Maisongrande, 2011, p.57). Actualmente, siguen ocupando el primer lugar, ya que para 2015 el número total asciende a 752 268 personas, con un incremento en el período 2008-2015 de 13.9 a 15.9 por ciento de la población extranjera residente en España. Como puede verse en el Cuadro 1, tanto la población búlgara como la rumana han seguido creciendo, si bien más ligeramente (dos décimas porcentuales en ambos colectivos), en el período 2013-2015 y en un contexto de descenso de las migraciones en España. El comportamiento de los flujos de inmigrantes procedentes de Bulgaria es diferente del colectivo rumano en el contexto global del estado español, las personas procedentes de Bulgaria registran cifras muy inferiores a los rumanos, sin superar 3 por ciento del total de la población extranjera en todo el período estudiado, y ocupando el noveno lugar entre las nacionalidades que integran el panorama de las migraciones en España (INE, 2015a). La diferencia entre ambos grupos asciende a casi 13 puntos porcentuales en los cuatro últimos años señalados en el Cuadro 1. En cambio, la distancia entre estos dos colectivos en Ribera de Duero no es tan significativa, y ambas nacionalidades ocupan el primer y segundo lugar de la población inmigrante existente en la zona.
Cuadro 1
[i] Fuente: Elaboración propia con datos de INE (2015b).
El aumento de ambos contingentes de personas inmigrantes en el contexto del estado español es altamente significativo y como señala Viruela:
el rápido aumento de esta corriente inmigratoria se debe, en gran medida, a la buena acogida de la sociedad receptora. En general, la población y los empresarios reconocen en los europeos del este unas cualidades (seriedad, responsabilidad, disciplina, iniciativa, etc.) que hasta hace poco no atribuían a los extranjeros [...] Por ejemplo, los rumanos se consideran más cualificados, responsables y capaces de realizar cualquier trabajo de forma más eficaz que los latinoamericanos o africanos. Los búlgaros se presentan como un colectivo próximo a los españoles, con los que comparten el carácter mediterráneo, el apego a la familia, el gusto por estar en la calle con los amigos (Viruela, 2008, p.172).
Además, el ser europeos, blancos y de religión cristiana, facilita su integración en la sociedad receptora. Históricamente, la situación socioeconómica de los citados países anima y ayuda a la migración: países muy rurales, con grandes desigualdades económicas, con una población joven importante y que vivieron un cambio de régimen político: "era una población que vivía bajo un régimen dictatorial en el que el nivel de vida era muy bajo, pero el trabajo para las empresas del estado aseguraba por lo menos la subsistencia de todos" (Maisongrande, 2011, p.59). En el caso de Rumanía y que puede aplicarse también a Bulgaria, con la caída del poder de los líderes comunistas la economía dirigida se colapsa y empieza una larga crisis económica. Como consecuencia de lo anterior, en muchos casos hay pérdida del empleo, y se vive una caída generalizada en el nivel de vida (Maisongrande, 2011). La respuesta a esa situación es que los individuos y las familias ponen en marcha lo que el autor llama "estrategias económicas de diversificación" (Maisongrande, 2011, p.59) que implican la búsqueda y captación de todas las oportunidades y recursos disponibles "aprovechar y jugar con todos los contactos sociales y los grupos a los cuales uno puede pertenecer (grupos familiares, locales o étnicos), de usar todas las experiencias, los conocimientos y las aptitudes que se puede tener, y siempre más, de recurrir por ello a la movilidad espacial" (Maisongrande, 2011, p.59). Las primeras salidas fueron flujos de refugiados, grupos étnicos o religiosos minoritarios que emigraron del país en cuanto pudieron o que se desplazaron hacia los países cercanos, inscribiéndose en lo que el autor denomina como el gran movimiento de reconfiguración nacional y espacial que se observó en toda Europa del Este (Maisongrande, 2011). Al mismo tiempo se dan los primeros flujos de ida y vuelta y de circulaciones migratorias, que si bien son escasas, empiezan a ser regulares. De ahí que las primeras circulaciones se apoyaran a través de los contactos existentes entre los primeros flujos de refugiados que se movilizan para acceder a nuevas oportunidades de trabajo o de comercio en el extranjero. Esos flujos se dirigieron hacia Alemania, Hungría, Serbia, Turquía e Israel. Mediante el mecanismo de potenciar sus redes, llegan a España a inicios de la década de 1990.
A partir de 20077, y con el acceso de los rumanos y búlgaros al derecho total de libre circulación por toda Europa (ya no limitado en el tiempo por un visado), las circulaciones en España -su principal destino-, se alternan con actividades temporales en Francia, Italia, Inglaterra o Grecia apoyándose en las redes familiares, de amigos y en contactos previos existentes en la zona de llegada (Maisongrande, 2011).
Con el inicio de la crisis en España algunos autores como Maisongrande (2011) preveían que los rumanos que tienen más de un año cotizado en España regresarían a su país mientras les duraba el subsidio del desempleo, ya que la vida es más barata allá y estarían en un período de espera para volver cuando mejore la situación, practicando la movilidad en sus diferentes formas como estrategia y recurso para mejorar su situación. Para Ribera de Duero se trata de una dinámica particular y de gran interés, el colectivo rumano no ha aumentado en la actualidad con la intensidad que lo hizo en el período de 2004 a 2011, en el que su presencia aumentó 8 por ciento, sin embargo, las cifras para 2015 se han mantenido en una tasa de 15 por ciento, incluso han aumentado alguna décima porcentual. El comportamiento de la población búlgara ha sido similar al de la rumana, si bien salvando la diferencia cuantitativa entre ambas nacionalidades.
Sobre la importancia de la inmigración rumana y búlgara en la viticultura en Ribera de Duero: Los nuevos vecinos
El cultivo de la vid, junto con el del cereal, forma parte del paisaje y la vida de los habitantes de la CACyL. Si bien el vino ha acompañado la dieta y la vida de sus habitantes, su cultivo ha sufrido grandes variaciones y modificaciones a lo largo de la historia; desde un declive de la producción, hasta la casi desaparición de las vides debido a los embates de la filoxera, así como la emigración de los habitantes de este lugar, hasta convertirse en una actividad que ha permitido la revitalización de la zona, a partir del ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) y a la aprobación de las denominaciones de origen. El cultivo y la elaboración del vino se han transformado, y bajo nuevas formas de producción y comercialización han posicionado a España en el mercado mundial del vino con nuevas, diferentes y prestigiosas marcas de vinos. Lo anterior ha permitido que la comarca de Ribera, de ser una zona expulsora de población, se haya convertido en una zona receptora de trabajadores migrantes "la zona de Ribera del Duero es la región con más progreso en Castilla y León debido a que los sectores de la vid y del vino se han modernizado. A pesar de tener bodegas antiguas, las nuevas bodegas de origen reciente (menos de un cuarto de siglo de historia) son las que le han dado el prestigio y reconocimiento internacional a esta región vitivinícola" (Molinero y Cascos, 2011, p.6). La construcción de bodegas modernas de diseño -chateaux- también ha contribuido al crecimiento y modernización de la zona de la Ribera de Duero, llevada a cabo por arquitectos como Foster y Moneo, mismos que crean nuevos paisajes vitivinícolas. Así, el enoturismo también es una forma importante de derrama económica en la zona (Sánchez y Serra, 2013). Dentro de las nueve denominaciones de origen, tres denominaciones de origen protegidas y una indicación geográfica protegida que existen en la zona8, es la denominación de origen de Ribera del Duero, ubicada en cuatro provincias de Castilla y León (Burgos, Valladolid, Soria y Segovia), la que se encuentra en el segundo lugar de importancia en producción de vinos en España y es el enfoque del presente trabajo.
Según información del Instituto Nacional de Estadística, Padrón Continuo, la población extranjera ha sufrido un considerable incremento durante las últimas décadas. La inmigración en la CACyL en los momentos de auge económico ha ayudado a mitigar los efectos de la despoblación y escasez de una población joven, y por lo tanto del importante índice de envejecimiento que sufre, especialmente en el medio rural, en donde el relevo generacional resulta difícil desde hace años. En este sentido se pronuncia el III Plan Estratégico de Inmigración de Castilla y León, 2014-2017 cuando indica que "la inmigración ha contribuido positivamente en la dinámica demográfica de Castilla y León hasta el año 2009" (Junta de Castilla y León, 2014, p.16). En la Gráfica 1 se presenta la evolución de la población extranjera en España, Castilla León y las provincias de Burgos y Valladolid que son las más significativas dentro de la denominación de origen, con 60 y 19 municipios, en donde se ubican las bodegas que producen los vinos con mayor exportación y mayor precio, y en las que además están empadronados mayoritariamente las personas procedentes de Rumania y de Bulgaria, respectivamente.
De la lectura de la Gráfica 1 se deduce el aumento significativo de las personas inmigrantes en España en la primera década del siglo XXI. Según el INE (2015b), en 2012 representaban 12.1 por ciento de la población total del país, para descender a 10.1 por ciento en 2015. El mayor crecimiento se dio entre 2002 (4.7 %) y 2008 (11.4 %), a partir de entonces se observa un crecimiento moderado y un descenso importante en el último año, consecuencia de la crisis económica en la que está inmerso el país. Esta misma tendencia se puede observar en Castilla y León, en donde de 2012 a 2015 se ha producido un descenso de población inmigrante de 38 373 personas, casi 1.5 por ciento.
La provincia de Burgos, que cuenta con más municipios en la denominación de origen de Ribera de Duero (60) es la que ha experimentado un mayor crecimiento (de 2.2 % en 2002 a 7.3 % en 2015), si bien llegó a alcanzar 9.2 por ciento de población extranjera en 2012, produciéndose un crecimiento mayor que el experimentado por CACyL en su conjunto, pero que en 2015 presenta un descenso de casi dos puntos porcentuales con respecto a 2012, siguiendo la dinámica migratoria del estado y de la comunidad autónoma (Gráfica 1).
Si se analiza esa tendencia en los denominados municipios significativos -ya que reúnen una serie de indicadores que los diferencian del resto (número de habitantes, mayor/menor), elevado número de personas inmigrantes en su término municipal en relación con los habitantes autóctonos y reúnen alguna característica diferenciadora que puede ejercer de efecto llamada para las personas extranjeras, como el tener bodegas importantes o ser la sede de la denominación de origen -, también se observa un descenso de efectivos en 2015 en algunos municipios y en cambio, un ascenso en otros (Cuadros 2 y 3). Entre los denominados municipios significativos de la provincia de Burgos, Aranda de Duero (33 459) es el más industrial de la provincia (sede, por ejemplo, de Leche Pascual, Glaxo, etc.) con 9.5 por ciento de personas extranjeras. También se han contemplado aquellos municipios que presentan un número reducido de habitantes y un alto porcentaje de personas extranjeras que habitan en el mismo, caso de Anguix con 145 habitantes y 29.8 por ciento de personas extranjeras, o bien municipios que además de su reducido número de habitantes, en su término municipal se ubican bodegas importantes que producen un vino de calidad reconocido, es el caso de Gumiel de Izán que tiene 641 habitantes y 5.8 por ciento de personas extranjeras (en su término municipal está ubicada la bodega Portia) y por último, Roa (2 450 habitantes), municipio que además de ser la sede de la denominación de origen, tiene un porcentaje muy alto de población extranjera: 18.7.
Cuadro 2
[i] Fuente: Elaboración propia con datos del INE (2015b).
Cuadro 3
Municipios | 2002 | 2008 | 2012 | 2015 | ||||
Peñafiel | 104 | 2% | 558 | 10% | 739 | 13.1% | 558 | 9.9% |
Quintanilla de Onésimo | 1 | 0.1% | 44 | 3.8% | 49 | 4.4% | 47 | 4.1% |
[i] Fuente: Elaboración propia con datos del INE (2015b).
En el caso de los municipios de la Provincia de Valladolid (19 en denominación de origen), siguiendo el mismo análisis, Peñafiel es un municipio con 5 419 habitantes y 9.9 por ciento de población extranjera, en su término municipal se ubica la bodega Protos, bodega icono de Ribera de Duero por ser una de las más antiguas. Quintanilla de Onésimo, con 1 137, tiene 4.1 por ciento de población extranjera y en su término municipal se asientan bodegas tan emblemáticas como Dominio de Pingus con los vinos más caros del mundo y las bodegas Arzuaga Navarro y Vega Sicilia, que producen vinos de gran calidad.
En cuanto a la procedencia de las personas inmigrantes empadronadas, en el Cuadro 4 puede apreciarse que los colombianos (14.9 %) eran el contingente más elevado hasta 2002, seguido de los portugueses (12.6 %) y búlgaros (12 %). En 2006 empieza a descender el contingente de Portugal y toma el relevo las personas que llegan de Rumania y Bulgaria. Del total de las personas inmigrantes provenientes de los países contemplados en el Cuadro 4, los contingentes más numerosos en la actualidad son los procedentes de Rumania (24 155), que representan 17.8 por ciento, seguidos de los que provienen de Bulgaria (22 054), que constituyen 16.3 por ciento y de la población originaria de Marruecos, con 12.5 por ciento (16 980). En cuarto lugar se sitúan los procedentes de Portugal (8 591), con 6.3 por ciento del total. Le siguen los nacidos en Colombia, que suponen un 4.3 por ciento, con 5 832 personas. Por último, y a dos puntos porcentuales del anterior, están las personas procedentes de Ecuador; 3 416 con un peso sobre el total de personas inmigrantes de 2.5 por ciento.
Cuadro 4
[ii] Fuente: Elaboración propia con datos de Junta de Castilla y León (2015a).
En 2015 se ha producido un descenso de los inmigrantes extranjeros en Castilla y León con respecto a años anteriores, y al tomar como referencia 2012 (año central de la crisis), el descenso ha sido de 1.5 por ciento en 2015, pasando de un total de 173 509 personas inmigrantes (6.8 %) a 135 136 (5.4 %) con respecto al total de población de la comunidad autónoma.
Reemplazo étnico y el origen nacional como un recurso para acceder a los espacios de trabajo y de vida
Ribera del Duero, al igual que otras zonas agrícolas y vitivinícolas en el mundo (Araki, 2003; Mines, 2013; Sánchez, 2007; Zabin, Kearny, García, Runsten y Nagengast, 1993) ha pasado por ciclos de reemplazo étnico, definido por Zabin et al. (1993) como el desplazamiento sucesivo de trabajadores migrantes de diversos orígenes nacionales promovido por los agricultores y ligados a las políticas migratorias y laborales. Estos autores estudiaron el caso de la agricultura californiana en donde se ha reemplazado sucesivamente a trabajadores chinos, japoneses, filipinos y mexicanos.
En la década de 1980, la organización de la vendimia en España se regía por lo que puede denominarse como modelo familiar y de jornalero tradicional. Las necesidades de trabajadores eran cubiertas por la familia y la mano de obra local. Entre otros, jóvenes estudiantes y jornaleros españoles residentes en la zona o en regiones cercanas, algunos de ellos gitanos. Sin embargo, dado el éxodo rural y los cambios sociales ocurridos en España a mediados de la década de 1990 se recurrió a los jornaleros migrantes para garantizar la vendimia y los trabajos que se fueron requiriendo para las vides.
Este paso de una mano de obra familiar y local, a una mano de obra migrante, ejemplifica en esta zona lo que Avallone ha constatado en la estructura agrícola de los países del sur: "el trabajo migrante es el factor central" (2014, p.138). Se requería de una mano de obra barata y flexible, particularmente en la vendimia (Ararteko, 2002; Berlan y Nevado, 1987; Sánchez y Serra, 2013, 2014), y esas necesidades fueron cubiertas tanto por aquellos migrantes que llegaron con los programas de contratación en origen,10 como por los que llegaron por su cuenta y con la ayuda de sus redes a España. De acuerdo con las entrevistas realizadas en la zona y tal como se señala en la información censal mencionada anteriormente, los orígenes nacionales de los primeros migrantes coincidían con las nacionalidades de extranjeros que eran más importantes en España en la década de 1990; marroquíes y latinoamericanos. Posteriormente se cumple un nuevo ciclo de reemplazo étnico, propiciado por los cambios en las políticas de migración, los programas de contratación en origen y los procesos socioeconómicos en los lugares de origen y destino. La migración rumana y búlgara pasa de representar un pequeño porcentaje a ser la más importante de la zona.
El otro elemento a destacar es la importancia del origen nacional como un recurso para acceder a los espacios de contratación y vida de los jornaleros. Las formas de circular, conseguir trabajo y residir están impregnadas por lo que Hirabayashi (1993) denominó como capital cultural, definido como cualquier recurso colectivo de orden simbólico con el que se pueda contar. En el caso de los inmigrantes ese recurso es el paisanaje, las redes familiares y la pertenencia al mismo lugar de origen, entre otros. Efectivamente, en los municipios denominados como significativos, el asentamiento de los migrantes se rige por las dinámicas señaladas (Gráfica 2).
Las redes sociales de familiares, amigos y vecinos del lugar de origen, así como los vínculos creados por el antiguo Programa de Contratación en Origen11, pueden explicar la diferenciación en las zonas de establecimiento. Así, en la provincia de Burgos predomina el asentamiento de población procedente de Rumanía, con 28 por ciento en Burgos capital y un 72.1 por ciento en el municipio de Roa. Las excepciones en esta provincia son los municipios de Anguix (con 62.9 % de población marroquí) y el de Gumiel de Izán (con 58.8 % de población búlgara). En Anguix, se explica porque un marroquí es el encargado de la contratación de los trabajadores. Por otra parte, en Gumiel de Izán los vínculos establecidos con trabajadores búlgaros durante la vigencia del programa de contratación en origen han generado importantes relaciones de trabajo con ellos. En la provincia de Valladolid, la población procedente de Bulgaria es mayoritaria, con 85 por ciento en Quintanilla de Onésimo y 65 por ciento en Peñafiel, siendo mucho menor la procedente de Rumanía (4.1 y 6.2 %, respectivamente) y la procedente de Marruecos es prácticamente inexistente.
La tendencia al asentamiento diferenciado por nacionalidades no se ha modificado en los dos períodos estudiados. Así, los marroquíes siguen asentados en Anguix (75 %) e incluso han aumentado su presencia 7 por ciento respecto al año anterior. Las personas procedentes de Rumanía han aumentado ligeramente su presencia, manteniendo los lugares de asentamiento (Roa de 72.1 % en 2012, a 72.9 % en 2015) y Burgos (de 28.2 % a 32.4 %). En el caso de los búlgaros, también ha aumentado el porcentaje, tanto en Quintanilla de Onésimo con 2 por ciento con respecto a 2012 (87.2 %), como en Peñafiel con 12 por ciento (de 65 % en 2012, a 77.2 % en 2015).
La información censal se refiere a los migrantes establecidos. En la dinámica social se observa que ellos a su vez funcionan como recurso para los paisanos que llegan a la zona en temporadas pico de empleo, tales como la vendimia o la poda en verde12. Ellos pueden acoger a sus paisanos en sus viviendas o ayudarles a conseguir empleo con los contratistas. Una trabajadora social definió a esos lugares como casas pateras (trabajadora social del Centro de Acción Social, comunicación personal, septiembre de 2014).
Gracias a la información analizada hasta la actualidad, se observa que la mayoría de los trabajadores que participan en las actividades actuales de la viticultura en Ribera del Duero son rumanos y búlgaros. Varios de los agentes sociales significativos de la zona, como bodegueros, empresas de trabajo temporal (ETT)13, asociaciones, sindicatos, etc. señalan la importancia que para el auge y desarrollo vitivinícola de la zona han tenido estos contingentes de inmigrantes. Uno de los bodegueros más importantes de la zona en una entrevista en un programa de radio (Fernández, 2013) señala que el auge de Ribera descansa también en el trabajo de los rumanos y búlgaros. No obstante, ese reconocimiento no está reflejado en los datos conocidos sobre ellos y, lo más importante, su aporte no está reconocido en los derechos y condiciones de trabajo de estos contingentes, fuertemente expuestos, como otros tantos migrantes, a procesos de precarización, sustitución y reemplazo étnico, y en creciente competencia por un empleo en el contexto de la crisis.
La importancia de estos migrantes se señala también en otros contextos. En la zona de montaña del Alto Pirineo Catalán, Solé, Guirado y Solana (2012) mencionan la importancia de los población de Europa del Este y los inmigrantes para la actividad agrícola:
Si no hubiera habido extranjeros difícilmente hubiéramos podido hacer funcionar las explotaciones agrícolas. Gente del país que trabaje en explotaciones es poquísima, poquísima [...] Si miramos explotación por explotación, de la gente que tiene vacas no conozco ninguna explotación que no tenga gente extranjera. Hay de Polonia, Rumanía, Bulgaria. Entonces ya pasamos a Argelia y Marruecos. Hay algún negro. Y latinoamericanos también (Solé et al., 2012, p.9).
En Ribera del Duero existe una amplia literatura sobre aspectos técnicos de la vitivinicultura y sobre la importancia de dicha actividad en la zona, sin embargo no hay estudios específicos que profundicen sobre los contingentes migratorios que participan en dicha actividad. Aún cuando existen investigaciones muy importantes que han permitido entender la migración en la zona, como es el caso de Ibáñez (2006, 2008), hace falta profundizar sobre las características de los migrantes que participan en las actividades vitícolas. Por ello, en el siguiente apartado se expondrán algunos testimonios que permiten entender la llegada y asentamiento de estos grupos migratorios a la Ribera del Duero.
Primeros apuntes sobre la llegada y asentamiento de rumanos y búlgaros en Ribera del Duero
Sólo se ha realizado un estudio sobre estas poblaciones realizado en la ciudad de Valladolid, el cual analiza información de 1996 a 2003.14 Estos colectivos pasaron de tener una presencia poco importante a un rápido crecimiento, particularmente la población búlgara, que registró 799 nuevos residentes en 2003, mientras que la rumana contó con 128 en ese mismo año (Ibáñez, 2006).
Sobre la llegada de esta población, una persona responsable de una organización de migrantes en Valladolid comentó:
En Castilla y León vive la mayoría de los inmigrantes, son los búlgaros y los rumanos, ¿por qué venimos los del este? Porque casi todos somos gente con carrera universitaria, con idiomas, venimos por motivo económico [...] hemos vivido bajo dictadura de comunistas más de 50 años, más de 50 (Alicia,15 comunicación personal, agosto de 2013).
El cambio de régimen, la falta de trabajo, la imposibilidad de vivir con lo que se ganaba motivó la salida: "Yo llegué primero [del resto de su familia], así como no tiene uno en su país nada y tienes hijos para estudiar y no puedes [...] Tengo diez años de divorciada. Primero he venido con mi marido" (Alicia, comunicación personal, agosto de 2013). "No tenemos nada, futuro nada, sólo mi hijo trabajaba y yo, mi mujer e hija en casa, sin trabajo, sin dinero (Palmer, comunicación personal, agosto de 2013).
Porque no tenías futuro ahí, terminabas la universidad y nada [...] Primero vino mi marido porque él no podía hacer nada, trabajaba y trabajaba pero no conseguía nada no podía tener su propio piso, no podía tener su propia familia en el sentido de no estar dependiendo de la madre, de la abuela y entonces como ha visto que trabaja para nada y todo el mundo salía a probar ... Él llego aquí en otoño de 2003 y yo en mayo de 2004 (Irene, comunicación personal, agosto 2013).
Entre las razones que dan dichos contingentes para elegir España como destino están: "el hecho de que no se necesita visado, la creencia generalizada de que se puede vivir con 400 euros al mes y la posibilidad de encontrar trabajo en el mercado informal [...] también se habla de la proximidad cultural entre ambos países" (Ibáñez, 2006, p.279).
Para los pioneros la situación fue más difícil, ya que no había un contingente importante de paisanos: "Cuando yo vine aquí eran menos. Yo no conocía muchos [búlgaros] [...] mi hermano llegó en el año 2000 también y lo que me ha contado es que no había más de 100 búlgaros [...] ahora hay 8 000 y pico. Un poco menos, porque se han vuelto algunos a Bulgaria por falta de trabajo" (Alicia, comunicación personal, agosto de 2013).
Ibáñez (2006) señala que algunos llegaron primero a Madrid, pero que las condiciones son más difíciles para conseguir trabajo y regularizar su situación, por lo que decidieron moverse hacia provincias cercanas, de ahí su arribo a Valladolid. Acerca de quienes llegaron a Madrid, se presenta el siguiente testimonio de un varón búlgaro que salió de su país sin apoyos ni redes, consiguió trabajo por medio de organizaciones de apoyo a los migrantes y fue así como llegó a la actividad vitícola, misma que combina a lo largo de su trayectoria laboral con otras actividades. Señala que llegó a Madrid en 1998 y durmió ocho días en un parque, hasta que pudo entrar a un albergue: "[...] albergue sólo te da comida por la mañana y por la noche y entremedio nada. En el albergue hay migrantes de todos lugares [...] rusos, búlgaros, rumanos, ¡me cago en Dios! ¡de todo el mundo! Negros: Angola, Mozambique, Albania, por todo el mundo. Hay colombianos, peruanos, marroquíes, todos se van al albergue" (Palmer, comunicación personal, agosto de 2013).
Los pioneros llegan atraídos por la demanda -informados por familiares, vecinos y conocidos y organizaciones de apoyo a los migrantes-, por la existencia de programas de contratación en origen que funcionaron en la zona y por las redes que ellos mismos forman: "Al principio vienen hombres, trabajan en construcción o en el campo, agricultura por los pueblos. Y luego viene la familia, la mujer, los niños y tal" (Irma, comunicación personal, agosto de 2013).
Después de tres años [de que llegó a Valladolid] que cojo a mi hija [que se trae a España a la hija]. Después de un año que cojí a mi hermano, mi mamá, mi cuñado, mis sobrinos, con documentos. Nosotros tenemos familia y tenemos una ley que para familia se puede sacar [para traer a la familia]. Entonces estuve trayendo y toda mi familia y ya toda mi familia, tenemos como 20 personas aquí en Valladolid (Alicia, comunicación personal, agosto de 2013).
Los rumanos han llegado aquí en 2006, 2007, porque en 2008 ha sido un período al tope, cuando ellos han tenido más trabajo. Siempre se llamaban uno al otro, por ejemplo, si vienen de una familia numerosa, ha llegado uno, luego, viendo que mucho trabajo, se ganaba bien, han llamado al padre, la madre, al hermano. La mayoría trabaja en agricultura en Ribera del Duero, en viticultura, claro que predomina. Venían para asegurarse un futuro mejor pero haciendo lo mismo que hacían en nuestro país [trabajar en la agricultura]. (Micaela, comunicación personal, Octubre de 2015).
Ibáñez (2006) señala que las principales características de estos contingentes en Valladolid son: flujos recientes, la ciudad de Valladolid funcionó como el lugar de llegada, principalmente para los búlgaros, 53 por ciento en comparación con 46 por ciento de los rumanos. De la ciudad de Valladolid se dio un proceso de expansión a la zona rural, con excepción de aquellos que tenían redes en las áreas rurales o que habían participado en los programas de contratación en origen y que llegaron directamente al campo. Hay más varones que mujeres, pero no son colectivos masculinizados ya que hay mujeres en situación irregular, principalmente las procedentes de Bulgaria, así como un número significativo de mujeres con permisos de trabajo. La media de edad de estos contingentes es superior que la de los otros extranjeros, particularmente entre los de Bulgaria. La inserción laboral en el sector formal de la economía se da principalmente en los varones, pero en el caso de las mujeres, son las búlgaras quienes tienen una mejor inserción laboral que las rumanas.
La presencia más prominente en las áreas rurales de los rumanos de Burgos puede explicarse con su origen más rural, su participación en los programas de contratación en origen en Ribera del Duero y por el papel que jugaron sus redes para atraer a sus paisanos a lugares en donde la necesidad de mano de obra era cada vez mayor, como es el caso de las zonas con actividades vitivinícolas.
Finalmente, cabe señalar que de los testimonios obtenidos en el trabajo de campo pueden identificarse una serie de estrategias que prevalecieron en la llegada de estos contingentes, pero que también se activan en el contexto de la crisis por la que ha pasado España. Estas estrategias son: movilidad interna en el estado español, empleo en diferentes sectores y entornos geográficos, pluriactividad, circulación con el lugar de origen para paliar los períodos de desempleo; y dispersión del grupo familiar en diferentes lugares dentro de España o en los lugares de origen u otro país de migración. La precariedad e inestabilidad en el empleo ha marcado las trayectorias de vida y laborales de estos migrantes.
Conclusión
Las migraciones de rumanos y búlgaros ilustran elementos muy interesantes para el estudio y comprensión de las movilidades en la actualidad, son contingentes que llegaron atraídos por una oferta creciente de trabajo en España. Si bien más tardíamente que muchos de los migrantes, se convirtieron en los principales grupos de inmigrantes en ese país, principalmente los rumanos. Las razones de ello son diversas; por un lado son poblaciones que tienen redes y recursos para la movilidad a partir de su experiencia previa en diferentes migraciones antes de su llegada a España. Dicha experiencia les permite cambiar la dirección de sus flujos migratorios y potenciar sus recursos, lo que incide en que los rumanos se conviertan en el principal contingente de inmigrantes en España en muy poco tiempo. Aunado a ello, hay un cambio en su estatus; para 2009 se convierten en ciudadanos comunitarios, lo que les permite una mayor flexibilidad y libertad en sus migraciones y opciones. No obstante, obtienen ese estatus en el período de inicio de la crisis económica en España, lo que representa un límite a sus posibilidades de inserción laboral y a la pérdida, en algunos casos, de la lograda en un sector que era pujante, como lo fue la construcción.
En el caso de Ribera de Duero, no hay estudios que analicen la presencia y características de esta población migrante, que si bien llegaron más tardíamente y en un momento de reestructuración de la producción vitivinícola, constituyen la mano de obra principal y reemplazan a la local, así como a los inmigrantes que anteriormente estaban asentados en la zona. A nivel de Castilla y León, la provincia de Burgos es la que tiene el mayor número de inmigrantes y tanto rumanos como búlgaros -a diferencia de lo que ocurre con los otros contingentes migratorios en el contexto de la crisis - no disminuyen sus efectivos y logran tener unas décimas de aumento de su población. A diferencia de lo que sucede con los búlgaros en el contexto del Estado español, en Ribera de Duero constituyen el segundo contingente más importante de migrantes, aunque con muchos menos efectivos que los rumanos, que son el contingente principal.
Al analizar su asentamiento en esta zona, resulta evidente que los migrantes residen en municipios y poblaciones en donde predominan inmigrantes del mismo origen nacional. Los búlgaros principalmente en municipios de Valladolid y los rumanos en los de Burgos. Los marroquíes, que constituyen el tercer grupo de migrantes, residen principalmente en un poblado en donde un empresario de origen marroquí se encarga de la contratación. El acceso a la vivienda y al trabajo se facilita también por compartir un origen común.
En el presente trabajo se plantearon elementos que permiten entender la llegada y asentamiento diferencial de estos migrantes. Los búlgaros provienen principalmente de entornos urbanos y los rumanos de rurales. Por las entrevistas realizadas y el estudio de Ibáñez (2006), se presume que los búlgaros cuentan con niveles de escolaridad superiores en relación a los rumanos y los varones pudieron insertarse en empleos formales, diferencia que favoreció también a las mujeres búlgaras sobre las rumanas. Si bien los búlgaros llegaron en cantidades superiores a los rumanos a la ciudad de Valladolid, éstos últimos lograron insertarse en un nicho de empleo en crecimiento y su incursión en zonas rurales que demandaban una mayor cantidad de trabajadores para las actividades del campo relacionadas con la vid permitió el incremento notable de este contingente de migrantes. Con este análisis se busca contribuir al conocimiento de la historia de migración y asentamiento de una mano de obra que ha sido fundamental para el auge y prestigio de la denominación de Ribera de Duero en España.